Hace un tiempo que compré una "llave" (pendrive o Flash USB) de 2GB, que fallaba como una escopeta de feria. Parece ser que en aquella partida todas estaban así. Una compañera mía compró la suya conmigo, y tuvo que descambiarla porque los archivos se corrompían, se perdían o era imposible acceder a ellos.
Para mi desgracia (o virtud, según se mire), soy muy descuidado y olvidadizo, por lo que se me pasó la garantía.
Ayer encontré este pendrive y me puse a discurrir sobre qué hacer con él. Se me ocurrió que, posiblemente, no estuviera defectuoso, pues el hardware es muy preciso, y si es en serie mucho más, y máxime si es un producto comercial con la calidad del mercado europeo. Lo más tonto que podría pasar es que estos dispositivos estuvieran bien en materia física pero no en la lógica. Así pues, formateé el pendrive a bajo nivel, siendo el resultado de éxito. Lo hice una segunda vez para asegurarme de que realmente el pendrive estaba bien. Y lo repetí. Si hubiera habido alguna parte del pendrive defectuosa físicamente, lo habría recogido el formateo.
¿Y qué hago con este pendrive resucitado? - me pregunté. Aprovechando que estoy cacharreando con distribuciones Linux que no necesitan instalación, y que recientemente creé un Slax Linux USB con éxito, me dije que iba a repetir la hazaña con una distribución Linux más potente y actual.
Para ello, escogí Ubuntu, por ser la distribución más popular y que más utiliza la gente por su facilidad y sus prestaciones. A mi me gusta probar todo tipo de distribuciones Linux, y últimamente coincido con mis amigos gurús que todo depende del tipo de uso que le des, llegando a prescindir de la interfaz de usuario y utilizarlo sólo en modo consola.
Lo primero que hay que tener es un pendrive (recomiendo 2GB) listo para ser usado. Por ello, recomiendo formatearlo a bajo nivel en formato FAT32.
A continuación, escoger el método para hacer que ese pendrive sea bootable (arrancable) con el sistema operativo Ubuntu. Hay dos maneras de hacerlo: una instalando desde un CD al pendrive (ello requiere desconectar todos los discos duros para que no modifique el MBR (MasterBoot Record), lo cual sería muy peligroso si tienes otro sistema operativo, además de que el arranque lo tendría el disco duro y no el pendrive), y la otra sería hacerlo desde Windows.
Para mi caso he optado por la segunda opción, ya que no expone el MBR y me parece sencilla y limpia (es una opinión).
En primer lugar, hay que bajar la ISO de Ubuntu desde el siguiente enlace: http://releases.ubuntu.com/releases/8.04/ubuntu-8.04-beta-desktop-i386.iso
A continuación, descargar la utilidad Ub8convert desde el siguiente enlace: http://www.pendrivelinux.com/downloads/Ub8convert.exe
El siguiente paso es ejecutar el archivo de esta utilidad (aunque sea un ejecutable, es un fichero comprimido con 7-Zip). Creará el directorio USB-Ubuntu.
Hecho esto, copiar la ISO de Ubuntu en este directorio.
A continuación, acceder al citado directorio y ejecutar el archivo fixu.bat (recomiendo hacerlo desde la consola de MS-DOS o "cmd"). Este script extraerá la ISO de Ubuntu en una carpeta llamada USB-Ubuntu, preparando lo que será la llave USB. La primera pantalla informa sobre ello. Pulsar cualquier tecla para que el proceso genere la estructura de la citada carpeta. Pulsar cualquier tecla para cerrar el script.
Con la estructura de la carpeta USB-Ubuntu, copiar todo al root del pendrive. Es muy importante copiar EL INTERIOR de dicha carpeta al ROOT del pendrive, no la carpeta en su nivel superior. Tened paciencia: son unos 690 MB.
El siguiente paso es acceder al directorio raíz del pendrive (root), y ejecutar el script makeboot.bat, el cual preparará el pendrive para que arranque. Aunque se pueda realizar desde el explorador de Windows, recomiendo nuevamente hacerlo desde la consola de MS-DOS ("cmd"). La primera pantalla advierte que el script se ejecuta solamente desde el propio pendrive, ya que si se hace desde el disco duro sobreescribirá el MBR (Master Boot Record) del disco duro y hacer que el sistema operativo actual (Windows), deje de arrancar. Pulsar una tecla para que se active el proceso, generando el archivo oculto "ldlinux.sys". Pulsar cualquier tecla para finalizar.
Con estos pasos, el pendrive ya estaría listo para ser utilizado. Pero para que un ordenador arranque con un pendrive, hay que configurar previamente la BIOS para que la secuencia de arranque (boot), anteponga los dispositivos USB al disco duro.
Site de referencia: http://www.pendrivelinux.com/2008/04/09/usb-ubuntu-804-installation-from-windows/
Reflexiones, artículos, opiniones, recomendaciones, noticias... sobre la tecnología.
jueves, 17 de abril de 2008
miércoles, 16 de abril de 2008
Con tu Linux a todas partes
En algún artículo anterior me he referido a distribuciones Linux que puedes llevarte a cualquier parte, ya sea mediante un live (cd o dvd) o un pendrive.
En este artículo pasaré a la práctica, y para ello aprovecharé un viejo pendrive de 256MB (USB 1.0). Aunque pueda parecer mentira, es posible meter un sistema operativo Linux en él y ejecutarlo en distintos ordenadores.
En primer lugar hay que buscar una distribución de Linux que pueda funcionar en tan poco espacio y que se pueda arrancar desde una llave USB (pendrive o Flash USB). Una buena base sería buscar en el baúl de los recuerdos, como mi artículo "Distribuciones Linux para equipos modestos", donde podremos encontrar las distribuciones más livianas, como Feather Linux, Puppy Linux, Damn Small Linux, Slax, muLinux, etc.
De entre todas las que he visto, me he decantado por Slax, debido a que en apenas 200MB tenemos un completo sistema operativo Linux, con escritorio KDE y aplicaciones al día. DamnSmall Linux (de mis favoritas), podría servir (apenas ocupa 50MB), pero utiliza un entorno mucho más humilde y las aplicaciones de base pueden resultar escasa para mis propósitos (si trabajo con documentos Office compatibles con las de Microsoft, prefiero el KOffice). Asimismo, para poder arrancar Linux desde un pendrive, es necesario que la BIOS del ordenador permite establecer este dispositivo en la configuración del boot, y esa posibilidad se da en equipos un poco más modernos, por lo que la capacidad del equipo para ejecutar Slax y KDE es más que sobrada.
La primera operación a realizar es dejar el pendrive preparado, y para ello es necesario formatearlo en FAT32 (si lo haces desde Windows, puedes hacerlo desde Inicio > Panel de Control > Herramientas administrativas > Administración de equipos > Administración de discos).
Descárgate la versión Slax para USB (http://www.slax.org/get_slax.php). El archivo estará en formato .tar, el cual deberás descomprimir en tu pendrive recién formateado mediante tu descompresor favorito.
En el directorio raíz generará dos directorios: boot y slax. Accede al directorio /boot.
Si lo estás haciendo desde Linux, ejecuta el archivo bootinst.sh. Si estás en Windows, ejecuta el archivo bootinst.bat. Ambos preparan el boot del pendrive para que arranque Slax Linux.
Con ésto ya estaría listo el pendrive. Ahora tan sólo debes arrancar el ordenador, acceder a la BIOS y cambiar el orden del boot o arranque del equipo, anteponiendo el USB al disco duro del ordenador.
Una vez preparada esta configuración, podrás reiniciar el equipo con el pendrive conectado, y comenzará a ejecutarse Slax.

La gran ventaja de tener este pendrive es que puedes usar Linux en cualquier ordenador (el de tu trabajo, el de casa, el de un amigo, etc.) sin necesidad de instalarlo. Además, al estar en un pendrive, cualquier cambio en la configuración quedará registrado, así como la posibilidad de utilizar el propio pendrive para guardar documentos o archivos que generes o te descargues.
Si deseas crear pendrives con Linux hay que tener en cuenta que cada distribución Linux tiene su sistema para preparar el pendrive. Si deseas más información sobre otras distribuciones (livianas o no), te recomiendo visitar y consultar http://www.pendrivelinux.com/
En este artículo pasaré a la práctica, y para ello aprovecharé un viejo pendrive de 256MB (USB 1.0). Aunque pueda parecer mentira, es posible meter un sistema operativo Linux en él y ejecutarlo en distintos ordenadores.
En primer lugar hay que buscar una distribución de Linux que pueda funcionar en tan poco espacio y que se pueda arrancar desde una llave USB (pendrive o Flash USB). Una buena base sería buscar en el baúl de los recuerdos, como mi artículo "Distribuciones Linux para equipos modestos", donde podremos encontrar las distribuciones más livianas, como Feather Linux, Puppy Linux, Damn Small Linux, Slax, muLinux, etc.
De entre todas las que he visto, me he decantado por Slax, debido a que en apenas 200MB tenemos un completo sistema operativo Linux, con escritorio KDE y aplicaciones al día. DamnSmall Linux (de mis favoritas), podría servir (apenas ocupa 50MB), pero utiliza un entorno mucho más humilde y las aplicaciones de base pueden resultar escasa para mis propósitos (si trabajo con documentos Office compatibles con las de Microsoft, prefiero el KOffice). Asimismo, para poder arrancar Linux desde un pendrive, es necesario que la BIOS del ordenador permite establecer este dispositivo en la configuración del boot, y esa posibilidad se da en equipos un poco más modernos, por lo que la capacidad del equipo para ejecutar Slax y KDE es más que sobrada.
La primera operación a realizar es dejar el pendrive preparado, y para ello es necesario formatearlo en FAT32 (si lo haces desde Windows, puedes hacerlo desde Inicio > Panel de Control > Herramientas administrativas > Administración de equipos > Administración de discos).
Descárgate la versión Slax para USB (http://www.slax.org/get_slax.php). El archivo estará en formato .tar, el cual deberás descomprimir en tu pendrive recién formateado mediante tu descompresor favorito.
En el directorio raíz generará dos directorios: boot y slax. Accede al directorio /boot.
Si lo estás haciendo desde Linux, ejecuta el archivo bootinst.sh. Si estás en Windows, ejecuta el archivo bootinst.bat. Ambos preparan el boot del pendrive para que arranque Slax Linux.
Con ésto ya estaría listo el pendrive. Ahora tan sólo debes arrancar el ordenador, acceder a la BIOS y cambiar el orden del boot o arranque del equipo, anteponiendo el USB al disco duro del ordenador.
Una vez preparada esta configuración, podrás reiniciar el equipo con el pendrive conectado, y comenzará a ejecutarse Slax.

La gran ventaja de tener este pendrive es que puedes usar Linux en cualquier ordenador (el de tu trabajo, el de casa, el de un amigo, etc.) sin necesidad de instalarlo. Además, al estar en un pendrive, cualquier cambio en la configuración quedará registrado, así como la posibilidad de utilizar el propio pendrive para guardar documentos o archivos que generes o te descargues.
Si deseas crear pendrives con Linux hay que tener en cuenta que cada distribución Linux tiene su sistema para preparar el pendrive. Si deseas más información sobre otras distribuciones (livianas o no), te recomiendo visitar y consultar http://www.pendrivelinux.com/
martes, 15 de abril de 2008
Lo que Compiz-Fusion nos depara
Aquí os dejo un vídeo con una demostración de lo que en las marmitas de Compiz-Fusion se está cocinando, como un avance de lo que proximamente disfrutaremos en nuestros escritorios Linux. Si tienes un mando de la Nintendo Wii, enhorabuena, porque también podrás utilizar este escritorio a través de este mando.
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