Hoy, por fin, tras una semana de líos, he podido entrar a una Apple Store a ver in situ ese maravilloso mundo de Apple. He de reconocer que la interfaz Apple me encanta, y de hecho, en mi Windows XP tengo instalado el Isso Pack con el mod de MacOS X, a pesar de los recursos que consume.
El mundo Apple no es nuevo para mi. Hace casi veinte años me inicié en el diseño gráfico con un Quadra II, dejando en mi un maravilloso recuerdo. Desde entonces he tenido la oportunidad de ver más ordenadores Apple, a través de compañeros, que alababan sus bondades.
He seguido a distancia la trayectoria y evolución de los productos Apple, quien ha contribuído a la historia informática con sus diseños y con un sistema operativo muy intuitivo, espectacular y sencillo, que junto a sus aplicaciones, "simplemente", funcionan.
Desde luego, Apple ha desatado pasiones y críticas, a veces justas y a veces exageradas. Por ello, desde ese punto intermedio entre la fiebre exacerbada de los apasionados usuarios del Mac y de los críticos incondicionales, me decidí a ver "in situ" ese fenómeno, en su tienda, rodeado de su ambiente y de sus acólitos.
Visité la Apple Store de Xanadú, en Arroyomolinos (Madrid). Lo primero que me impresionó fueron los dos gorilas privados (no eran los del centro comercial) apostados a la puerta, uno frente a otro, como los leones de las Cortes. La imagen que me dió fue la de entrar a un lugar privilegiado de la mafia, en la que no se admite ningún escándalo en contra. Las poses de los custodios eran muy estudiadas y muy sincronizadas. Ni una palabra, ni un comentario, ni una mirada de complicidad entre ellos. Eran todo unos profesionales, desde luego, e intimidaban lo suyo.
El interior era muy grande, con todo muy bien colocado y a distancias amplias, muy estudiadas para permitir el libre albedrío de la mucha gente que allí se agolpaba, todo muy a la vista. Allí estaban sus productos: Nano, iPod, iPhone 4, Mac Book Pro etc. Desde luego, Apple también es líder en marketing y en la ciencia de las ventas.
Tras curiosear sus ordenadores de sobremesa (que me encantaron) y portátiles, se nos acercó presto un "chaval" estudiante en la Universidad, con el entusiasmo contagioso del joven que ha visto cumplir su sueño y está trabajando en la compañía que crea los productos de los que está enamorado. "Se le notaba en la mirada que estaba enamorada". El trato fue muy respetuoso, aunque a veces alternaba el "usted" con el "tú".
Me hice pasar por tonto, como que era inexperto en ésto. Le comenté que andaba buscando un ordenador portátil, y que un amigo me recomendó el Mac Book Pro, y otro me recomendó un Dell. Ante mi indecisión, quería que me explicará qué bueno tenía su marca y por qué tanta diferencia de precio (más del doble). Titubeando, alabó a Dell como marca, y a favor de Apple comenzó diciendo que era "ecológico". Ante mi cara de estupefacción, aclaró que no utilizan mercurio ni ningún producto contaminante, y que las carcasas utilizaban aleaciones de aluminio, lo que proporcionaban una serie de cualidades realmente positivas. No obstante, eso no me convenció, y la disparatada diferencia de precio entre ambos equipos no estaba aún justificada.
Le dije que el uso que le iba a dar era para el trabajo (oficina, principalmente), así como también gestión y tratamiento de fotografías y de vídeo, así como iniciarme también en la creación de páginas web. Ante ello, empezó diciéndome que, además del Office de Microsoft, tenían un programa que era mucho mejor que aquel (no recuerdo su nombre), ya que era mucho más sencillo de usar, y que ahí radicaba una de las principales diferencias de Apple. Puse cara extraña, diciéndole que tanto como yo como mis clientes, proveedores, amigos y familiares, utilizamos el Office de Microsoft, y que según me habían dicho amigos profesionales de la informática, éste era el paquete más utilizado, completo y funcional que existe. Ante ello, me comentó que el office de Apple era compatible con el de Microsoft, y que permite exportar a más formatos (como si ésta fuera su mejor característica, y por ende exclusiva y única de ellos). No le dí oportunidad a explicarse más, pero creo que dicho software era opcional y que había que pagar por él (ojalá esté equivocado).
Pasando a la fotografía, me fue directamente al Photoshop, y quería llevarme a la sección de software (al igual que con el Office). Estaba claro que hay que pagarlo aparte. Ante ello, le comenté que desde hacía un tiempo estaba usando Gimp y que me sentía muy a gusto con este programa. Disimulando, quiso engatusarme y ganarse mi simpatía, indicando que él también usaba en la Universidad este software, que era muy bueno, y que también me lo recomendaba, pues también había versión para el Mac. Esto fue peloteo, sin duda, para ganarse mi compra.
Después, para las páginas Web, me enseñó un software instalado en un Mac Book Pro, en el que me ilustró que hacer una página web era tan sencillo como usar una plantilla predefinida, introducir el texto o la imagen, y subirla a site. Muy básico, vamos. Le indiqué hacía unos meses ya estaba haciendo alguna cosilla con Dreamweaver. Esto le molestó, y se vió incómodo con ello. Le dije también que algún pinito con Flash también estaba haciendo. Ante ello, estaba intranquilo, y para cortar con ello lo antes posible y no dilatarlo, me dijo que en Mac también había una versión de los produtos Adobe, y quiso pasar a otra cosa.
Insistí un poco más en qué ofrecía Apple que justificara ese precio, dándole una oportunidad más para intentar convencerme. Siguió con que Apple trata a sus clientes con exclusividad, que son importantes para la compañía, y que le ofrece un servicio que durante un año, puede elegir cualquier día para acercarse a la Apple Store para tratar algún software o cualquier cosa de sus productos, y en exclusividad se le enseña a usarlo. El servicio costaba (creo recordar), unos 99 euros al año. Vamos, que no viene incluído, si no que se paga aparte. Como se dió cuenta del error, intentó nuevamente convencerme de que el Mac era super sencillo, super elegante, que molaba, que era algo exclusivo y que si lo tenía yo era también exclusivo y superior al resto de la gente (esto último es una ironía mía), que podía hacer todas las cosas que yo necesitaba, blablabla... Yo le dije: "bueno, todo eso ya lo estoy haciendo ahora con mi viejo PC y con Windows XP". Ante ello, sacó una última bala: las actualizaciones del Mac no afectan al rendimiento de la máquina, como ocurre con Windows y con Linux, y que con un Mac no voy a tener que estar actualizando como con otras marcas, que podría estar usando mi Mac durante una década sin tener cambiar.
Ante este último comentario podría haberle replicado, pero hubiera delatado que mi ignorancia era fingida. Hice un asentimiento como que me lo había creído. Podría haberle dicho que desde 2001 ha habido 7 versiones de MacOS X (casi una por año (fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Mac_OS_X)), pero eso sería cortar tan interesante conversación.
Volví nuevamente a atacar diciendo que todo eso ya lo hacía con un PC, y que el Dell, según había visto en la documentación técnica, tenía un microprocesador Intel Core i7 a 2.8Ghz (modelo Dell Studio 15), y que el resto de características (4GB memoria, 500GB disco duro) eran idénticas, a excepción de la tarjeta gráfica, ya que el Mac usa una nVidia, y el Dell usa una ATI Radeon. El Dell cuesta 849 euros, frente a los 1932 euros del Mac Book Pro, que además tiene un microprocesador de 2,66Ghz (inferior). Ante ésto lo desarmé por completo. No sabía qué responderme. Intenté otra vez darle otra oportunidad, diciéndole que estaba empezando a mirar ambos equipos, y que el primero que había visto era el Apple. Queriendo ser amable me dijo que si iba a El Corte Inglés, que estaba en el propio centro comercial Xanadú podría informarme sobre el Dell, y que si el Mac me gustaba más, que estaría encantado de volver a atenderme, bla bla bla.
CONCLUSIONES
Salí de la Apple Store con otra visión sobre los Mac. Sigo respetándolos, y respeto el tipo de negocio de Apple. En mi caso, que desde hace algunos meses quería comprarme un MacBook Pro de casi 2000 euros, salí convencido de no querer comprármelo. El dinero me cuesta mucho ganarlo, y me gusta que mi inversión sera productiva y que tenga un valor adicional: que sea una buena inversión. Apple monta ordenadores basados en Intel, como cualquier PC (antiguamente eran Motorola, y creo recordar que llegaron a usar arquitecturas PowerPC). El microprocesador (el motor del ordenador) del Apple es inferior al del Dell. De la tarjeta gráfica no puedo opinar pues no tengo tanto conocimiento como para poder comparar, pero para un uso como el que indiqué, ambos equipos están sobrados.
¿Por qué una diferencia de más de 1000 euros (más del doble)? ¿Dónde está el valor añadido del Apple? ¿La calidad? Bueno, Dell fue durante muchos años la líder en ventas de equipos portátiles, y a día de hoy, sigue vendiendo más portátiles que la "manzana". La calidad del Dell es indiscutible, y he trabajado con estos equipos en alguna empresa. Están muy preparados para un uso muy frecuente y ante muchos escenarios de estrés y condiciones de dureza.
Puse como ejemplo el Dell, porque fue el primer ordenador que me vino a la mente. Estoy seguro que en Toshiba, Sony, Acer, Lenovo u otras marcas produzcan ordenadores portátiles de características muy similares y superiores, con un precio similar al Dell. Apple seguiría estando en desventaja en cuanto a características técnicas, pero a un precio muy superior.
Los argumentos más convincentes y apasionados del vendedor eran la experiencia del usuario, debido a la interfaz, a lo molón de los efectos, las fuentes, el diseño, etc. Pero no me convence gastarme más del doble de dinero sólo en maquillaje, en apariencia, en algo agradable a la vista. Ese maquillaje se puede añadir "gratis" a tu ordenador. En mi Windows XP utilicé, como dije anteriormente, el Isso Pack. No llega a ser un Mac, pero se le acerca bastante. En Windows hay varias propuestas similares con efectos que pueden ser incluso más exclusivas que el Aqua, el Glass o el Aero. En Linux, usando Compiz Fusion se consiguen efectos, en mi humilde opinión, tan buenas o mejores que las de Mac.
Un argumento que esgrime Apple es que sus Mac no tienen problemas de configuración, que cuando lo desembalas ya está listo para usar, y que el usuario no se tiene que preocupar. Yo me preocuparía, pues los modelos de Mac vienen con una configuración que no se puede tocar, y que el sistema operativo viene a medida para esta configuración. No puedes cambiar nada, y yo, por lo menos, necesito la libertad de poder cambiar esa configuración acorde a mis necesidades o a las necesidades de quien me pide consejo. Un ordenador cerrado y "exclusivo" reporta también problemas de libertad. Si el día de mañana quiero ponerle la memoria de la marca que yo quiero, o cambiarle tal o cual dispositivo, también he de tener libertad. Los Mac, además limitan estas libertades con alguna conexión también exclusiva de Apple, cuando me gustaría disfrutar de conexiones estándar en ese sentido.
El sistema operativo es cerrado, a pesar de tener su origen en Unix y estar basado en POSIX. ¿Por qué no puedo disponer de un sistema operativo abierto, que me dé la libertad de poder acceder a su código, y tener la confianza de que millones de usuarios de todo el mundo conocen el sistema operativo, trabajan en él, lo mejoran, y no tiene secretos como puertas traseras o controles que invadan mi privacidad?.
En torno a este sistema exclusivo y cerrado, y la apariencia de que un cliente Mac es un cliente exclusivo, hay aplicaciones que han de tener el beneplácito de Apple. Los programadores no tiene libertad absoluta sobre sus programas, y han de cumplir unos requisitos medievales para poder vender sus productos para Mac, para iPhone u otros productos de la manzana. Apple tiene control sobre estos productos, y limita tanto el desarrollo del software como las libertades de los programadores y de los usuarios. Apple juega muy bien con la psicología del comprador, haciéndole sentir único, exclusivo y diferente al resto, cuando en realidad, millones de usuario son igual qué éste.
Me gusta mucho el Mac. Su diseño enamora, y su sistema operativo es muy agradable y espectacular. Esa imagen, lo primero que ve un usuario, es lo que le convence. Para los que somos perros viejos en ésto, sería un caprichito tener un Mac, pero analizando un poco tanto la máquina como lo que se puede hacer, no se está dando valor añadido. Todo es maquillaje y apariencia, un disfraz. Son buenas máquinas, pero se paga por ellas más del doble sólo por el diseño, no por valor añadido, calidad, o que pueda hacer cosas que otras máquinas no puedan hacer. ¿Pagarías 50000 euros por un coche que cuesta 25000, y cuyas diferencias reales son únicamente una carrocería exterior deportiva y un interior digital?