Introducción
En apenas cinco meses habrá elecciones municipales y autonómicas en España. Los medios de comunicación y la forma de llegar al electorado ha cambiado mucho en la última década. La era de la información ya está presente en todos los hogares, y la sociedad ha abrazado el ciberespacio como el medio por el cual relacionarse, expresar sus opiniones, hacer negocios, buscar trabajo, divertirse, comprar, reservar las vacaciones, etc. La forma de hacer política también ha cambiado, especialmente en la forma de comunicarse con los posibles votantes.
Medios tradicionales
La televisión, la radio, los diarios y los folletos buzoneados, son medios masivos que llegan fácilmente a muchos ciudadanos, y que se utilizan exclusivamente para informar. Es una comunicación débil, pues únicamente hay un emisor que fuerza el envío de información a un receptor. Es un medio frío, en el que hay que ser creativo para captar la atención del receptor para que se interese por el contenido. El porcentaje de interés suele ser bajo.
Las mesas informativas y los mítines son medios que no llegan a tantos ciudadanos, pero tienen la ventaja de que los ciudadanos contactados ponen cara a sus políticos, pueden (o al menos deberían) poder hablar con ellos, dar opiniones, criticar, recibir el calor de un apretón de manos, de una mirada, captar la intensidad y la pasión del mensaje hablado... es un medio directo, muy humano, y las relaciones son mucho más efectivas. El porcentaje de interés es muy superior al de los medios citados en el párrafo anterior.
Internet no ha cambiado los medios de comunicación tradicionales, si no que ha hecho de pegamento entre la frialdad informativa y la calidez del contacto humano. Es un medio mucho más masivo que el de la prensa, pues no todo el mundo compra un diario, o escucha la radio, a menos que esté realmente interesado en ello. El ciudadano puede acceder a la información sin necesidad de un medio concreto, pues en Internet, la información es replicada en multitud de medios, estén o no asociados a un partido político, o estén o no asociados a un medio de comunicación concreto. La replicación de las noticias es algo sorprendente, y que funciona a modo de marketing viral. Lo más sorprendente, no es cómo una información se extiende exponencialmente, si no la facilidad de cómo los buscadores pueden llevarnos a dicha información.
Por un lado tenemos la facilidad de accesibilidad a la información, y por otro, y quizá el aspecto más importante de Internet, es que la comunicación puede establecerse en ambos sentidos, creando una relación entre el ciudadano y el político mucho más accesible que de forma presencial. En este aspecto, las redes sociales juegan un factor determinante en dicha relación, y un político debería tenerlo muy en cuenta.
¿Qué son las redes sociales?
Una red social es una herramienta o medio, a través del cual se facilita la posibilidad de que personas con intereses similares o comunes se conozcan y se relacionen. Existen redes sociales especializadas en alguna temática, como por ejemplo Xing o LinkeIn, que unen a personas con intereses empresariales o profesionales. Hay también redes científicas, médicas, educativas, informáticas, etc.
Sin embargo, la red más famosa y popular de todos los tiempos es Facebook, con más de 500 millones de usuarios en todo el mundo. La principal característica de esta red es que permite comunicar a personas en cualquier parte del mundo, sobre cualquier interés, o sobre cualquier temática, además de incluir funcionalidades muy útiles y que veremos a continuación.
Antes de proseguir, debo decir que existen más redes sociales de propósito general, como Tuenti o MySpace, e incluso una nueva red social llamada Diaspora, que está basada 100% en software libre y en estándares abiertos. Pueden gustar más o menos, pero en política hay que ser prácticos, y llegar a la mayor cantidad posible de ciudadanos. Y Facebook es el medio más popular y extendido con gran diferencia. También se podría pensar en utilizar varias redes sociales. Es buena idea, pero, como veremos a continuación, las redes sociales, para un político, son un ladrón de tiempo muy importante, que requieren de dedicación y de esfuerzo. Hay que saber dosificar el tiempo útil y productivo en hacer política, y pensar en las redes sociales únicamente como un medio por el cual informar y capturar información.
Perfil
Al iniciar la andadura en una red social, hemos de pensar primero qué perfil crear. Un perfil será lo que el resto de usuarios de la red social verán de nosotros. Recomiendo, como prioridad principal, que el perfil sea del grupo político (comité local, amigos de...), y dar la oportunidad, a través de este medio, que otros compañeros participen y utilicen la red social para el bien común. Habrá quienes tengan un perfil personal, como persona, que quieran también usar la red social para medios políticos. En este sentido, mi recomendación es dar prioridad al perfil del grupo político, y usar el personal de forma independiente. Una opinión personal, por ejemplo, debería darse (normalmente) en el perfil personal, y no en el del grupo. Por otra parte, recomiendo que si se utiliza un perfil personal, utilizarlo única y exclusivamente para fines políticos. Aunque tengamos amigos del colegio, de la Universidad, del club de mus, o en cualquier otra afición, deberíamos dejar nuestros asuntos personales y nuestras aficiones al margen. Un político es una figura pública, y como tal, tendrá fans y detractores, y las cosas personales que se publiquen pueden determinar la simpatía o la antipatía de los electores, y podrían utilizarse para cualquier actividad de desprestigio y, cómo no, para arrancarnos votos.
Una vez creado el perfil, es importante configurar la información inicial, tales como los intereses, quién puede dejarnos comentarios o las notificaciones que deseamos recibir. Si usamos Facebook, hay que tomar en cuenta este último punto, pues por defecto, recibiremos notificaciones para cualquier cosa, lo que puede llevar a desesperarnos de forma improductiva e innecesaria.
Una vez creado el perfil, podemos escribir algo en nuestro muro o en nuestro estado, un mensaje corto para presentarnos y dar la bienvenida a cualquier usuario que nos visite.
Crear relaciones
El siguiente paso obligado es encontrar amigos o personas, con el fin de crear lazos y compartir información. Lo más lógico sería pensar en buscar otros grupos o personas relacionados con nuestro partido político, y, a continuación, solicitar su amistad. Este paso no es obligatorio, ni tampoco ha de hacerse una vez y en este orden. En cualquier momento podemos buscar amigos y solicitar su amistad. Esta es la forma de crear la red.
Generar y consumir información en la red social
¿Y cuál va a ser nuestro uso de la red social, además de encontrar y hacer amigos? Lo más importante es informar y recibir información. Pero, vayamos por partes.
El muro o el estado nos permitirá escribir mensajes cortos, los cuales son visualizados en las sesiones de nuestros amigos, e indexados por los buscadores. Estos mensajes pueden ser noticias u opiniones propias. Una práctica muy habitual, es replicar noticias de otros medios, compartiendo enlaces. Lo normal es dar el título de la noticia, y a continuación pegar la URL (dirección Web) de la noticia. Esto tiene la ventaja de suscitar interés con el titular, de no saturar de texto, y que aquel que esté realmente interesado, hará clic en el enlace para leer el resto de la noticia.
Aquello que se escriba en el muro podrá ser igualmente replicado por otros amigos, creando la comunicación viral, pues los amigos de estos amigos, a su vez podrían nuevamente replicarlo, y así, sucesivamente.
La participación
Los mensajes en el muro también permiten comentarios, por lo que entramos en la parte más interesante y útil, ya que nos permite conocer otros puntos de vista, la aceptación del contenido publicado, la crítica, etc. Esto es retroalimentación de información, y es el poder más grande que tiene la Web 2.0: LA PARTICIPACION.
Imaginemos que publicamos una idea, por ejemplo, un polideportivo de tales características en tal zona. Un ciudadano podría ver la idea, y opinar al respecto. Puede dar nuevas ideas con las que no contábamos y que pueden ser interesantes, o bien puede dar información que no teníamos (por ejemplo que donde se quiere construir el deportivo era antiguamente un acuífero con pozos), o bien criticar por razones que no dimos importancia o cualaquier otra opinión.
Las redes sociales, no nos equivoquemos, no son medios para lanzar únicamente nuestros mensajes, ideas o propuestas. Las redes son medios colaborativos, y nuestra colaboración también determina el grado de que los demás participen. Podemos recibir las opiniones de nuestros amigos, recibir recomendaciones de éstos o buscar información sobre algo específico. Nosotros también somos colaboradores. Podemos interesarnos, por ejemplo, sobre algún problema común con otro municipio, o una iniciativa de otro municipio en otra provincia y en otra comunidad autónoma. Hemos de dejar comentarios, dar nuestra opinión, recomendar, replicar, votar noticias o decir, simplemente, que nos gustan. Estas acciones son actividades que también dicen de nosotros, y el resto de colaboradores de la red lo apreciarán, y responderán hacia nosotros de la misma manera. Hay que cuidar mucho este detalle y no ser egoístas, interesados únicamente en dar publicidad de nosotros sin nada a cambio. ante todo PARTICIPACION Y COLABORACION.
En el caso de que nuestro partido político sea un partido nacional, es muy importante estar presente y dedicar esfuerzos en promocionar y publicitar las ideas del partido a nivel nacional o autonómico, no solamente de nuestro municipio. Estas referencias nos favorecerán mucho, pues damos una imagen de un grupo político que se preocupa y se implica por la ciudadanía en general y a todos los niveles, no únicamente en su municipio.
Contenidos multimedia
Un aspecto bastante importante es la posibilidad de publicar contenidos multimedia. Podemos crear galerías de fotos o de vídeos, de la temática que queramos. Por ejemplo, se pueden crear secciones de fotodenuncia, de monumentos del pueblo, de nuestras actividades (mesas informativas, mítines, visitas a colegios, etc). Al igual que comenté al principio, si usamos nuestro perfil personal, recomiendo no usar fotos personales, y, aún menos, en que aparezcan menores de edad (por razones legales y de falta de privacidad). No quedaría nada bien que publiquemos una foto o un vídeo en la que salgamos con ojos chisposos, descamisado y con una copa en la mano, en mitad de una boda o de una fiesta.
Aplicaciones o utilidades
Otra de las características de las redes sociales son las aplicaciones. En el caso de Facebook, podemos encontrar algunas muy interesantes, como Twitter, donde podemos actualizar los contenidos de este medio en Facebook. Hay otras, como suscripciones a noticias RSS, o incluso juegos. Como recomendación personal, hay que dar una imagen política seria, práctica e íntegra. No hay que pecar de ser infantiles, y aún menos molestar al resto de amigos con aplicaciones del tipo "galleta de la suerte", "bolazos de nieve" y similares.
Grupos
Otra posibilidad que ofrecen las redes sociales, es la suscripción a grupos de usuarios con algún interés común. Sería muy interesante, por imagen y seriedad, suscribirse a grupos que puedan suponer un peso político y social. Recomendaría, por ejemplo, suscribirse a un grupo o asociación de enfermos de tal o cual enfermedad que está en nuestra localidad, alguna ONG, etc. No recomiendo grupos lúdicos, de ocio o impopulares, y, aún menos, que sean de actualidad pero que no estén en comunión con las ideas generales del partido.
Mensajes
Otra funcionalidad importante a tener en cuenta es la posibilidad de dejar mensajes, a modo de correo electrónico. Este medio, aunque primitivo, es el que más se utiliza para comentar cosas directamente a alguien sin que se haga público, como el muro o el estado. Además de privacidad, brinda la posibilidad de establecer una comunicación más estrecha entre ambos.
Chat
Por último, comentaré una funcionalidad que poseen las redes sociales que no hemos de escatimar. Se trata la función de chat, que permite una comunicación directa y privada entre el político y el amigo (o ciudadano, o compañero, etc.), de forma instantánea. Gracias a esta herramienta podemos responder o aclarar cuestiones en el momento, con lo que la cercanía y la presencia se hacen más palpables. El problema que tiene esta funcionalidad es (al menos en mi caso) que suele entrar en acción cuando menos lo necesitas, es decir, por ejemplo, cuando estás trabajando o cuando necesitas tu concentración en otras cuestiones más importantes. No obstante, es un medio de comunicación bastante valioso.
Reflexiones finales
Hay muchos ciudadanos que no tienen tiempo para ver la televisión, para escuchar la radio, o para leer el periódico; o bien tienen un horario que les impide acudir a un mítin o a una mesa informativa. La ventaja que tiene internet es que es descentralizado, es decir, que no se necesita estar presente ni tampoco estar en un momento dado. La comunicación entre ciudadano y político se produce sin barreras geográficas ni de tiempo.
Hemos de ver las redes sociales como un medio de comunicación, pero también como una herramienta de trabajo excelente, que nos da la información (gracias a los ciudadanos) que necesitamos para saber qué, cómo, cuándo y por qué hemos de hacer las cosas. Si importante es informar, más importante es escuchar y, aún más importante, interactuar.
Las redes sociales serán muy importantes en la precampaña y, sobre todo, en la campaña electoral. Serán el medio por el cual nos comunicaremos, colaboraremos y conseguiremos relaciones con ciudadanos, compañeros de partido y amigos. El uso de las redes sociales nos harán ganar o perder votos, dependiendo del uso que les demos. Es muy importante estar presentes, existir e interactuar con nuestros ciudadanos a través de estos medios, informarles, aclararles dudas, recibir críticas y agradecer su colaboración.
Pero no hemos de estar presentes únicamente en momentos de elecciones. Hemos de ser accesibles en cualquier momento, en cualquier lugar y por cualquier razón. No hemos de desconectar con la realidad política y social, porque la realidad no desconecta nunca. Por tanto, tampoco nosotros.