En esta ocasión no voy a dedicar un artículo a la tecnología, si no a un disco que me regalaron ayer por mi cumpleaños (con un mes de retraso, pero mereció la pena).
El último disco de Los Mojinos Escozíos ha sido muy tentador, y siento el mono de escucharlo nuevamente, pues las letras son desternillantes y más elaboradas que en otros discos. Este disco, musicalmente, aunque tiene todo el estilo de Los Mojinos Escozíos, se nota ya una madurez musical que puede o no gustar. A mí, personalmente, me ha gustado.
El disco comienza con una ola de calor, la cual sólo se puede combatir con una ola de cerveza. Le sigue un tributo a la pérdida de puntos del carnet de conducir. A continuación una canción en inglés (sí, como lo oís). No podía faltar un tributo a los gays ni una canción protesta al acto de fumar. Un calentón del Sevilla no dejará que ni Dios salve a María. Y es que sus espermatozoides reclaman libertad, a pesar de que el Sevilla los tiene bien encerrados en sus testículos. Y es que con el tiempo, a los hombres nos crece la barriga y ya no nos vemos la pischa.
Por tercera vez (y a ver si es la vencida), los Mojinos Escozíos quieren ser burbujitas del anuncio de Freixenet. Pero es que Miguel Angel Rodríguez, el Sevilla, como la María no le dejo, casi se liga a un travesti.
La más fuerte es la de apuntarse al Gran Hermano (personalmente esta canción me parece muy fuerte, e incluso hasta ofensiva).
Termina el disco con el Hombre Bobo, con Dios y con la mejor de todas: la del peluquero de David Bisbal.
Si quieres pasar un buen rato y quitarte ese estrés chungo, échate unas carcajadas con este peaso de disco, el cual fue titulado así para meterse con el disco de Miguel Bosé: "Papito". Y creo que Miguel Bosé les ha invitado a cantar una canción con él. Si es que se nota donde hay clase y buen humor.