Voy a abrir un debate, en el que me gustaría que participaráis con vuestros comentarios y vuestras opiniones. El tema de este debate ha sido muchas veces discutido entre cervezas, cafés, pasillos y comidas. Pero creo que reuniendo a mucha gente de diferentes empresas, categorías, conocimientos y experiencias, es posible que veamos alguna luz, o por lo menos dar forma a esa masa informe de arcilla. Advertiros que los comentarios serán moderados y los descalificativos e insultos serán sometidos a juicio para ser o no publicados.
Hoy he estado comiendo mi buen amigo Angeliyo, y a él le daremos las gracias por darme la idea de escribir un artículo sobre este tema.
Angeliyo está muy quemado de este mundo de la informática. En sus años de dedicación está harto de las "picadoras de carne", o de las empresas que se dicen "consultoras" y que lo único que hacen es traficar con nosotros.
Todos sabemos de empresas que se dedican a poner a un profesional en un proyecto y se olvidan de él. La mayor parte de las veces son proyectos inútiles que la mayor parte de las veces terminan en fracaso. Estas empresas te contratan para ese proyecto y cuando termina te despiden. En muchas (yo diría, demasiadas) ocasiones, te contratan para hacer de subcontrata (y a su veces, ésta empresa que subcontrata es a su vez subcontratada) de otra empresa que tiene el proyecto.
Este mundo de globalización lleva a este tipo de negocio, y en él eres un simple número. No se te considera como una persona. El gerente que te contrató te deja abandonado en un cliente y no se acuerda de ti salvo para, a principios de cada mes, llevarte la nómina (y muchas veces ni eso).
Angeliyo echa de menos eso: el trato humano, que se te reconozca como persona y como profesional, que te cuiden y te mimen, puesto que eres el activo de la empresa, el elemento clave que genera el dinero que ingresa en la empresa.
La globalización lleva el negocio a estos extremos depredadores entre empresuchas. Esta depredación lleva a maniobras poco éticas y exageradamente hostiles por conseguir un proyectillo. Venden motos, contratan a becarios o incluso a chavales con un curso académico, y favorecen el intrusismo despiadado. Todo vale para conseguir el proyecto, y después ni me acuerdo. Una vez tenga la pasta lo demás me da igual, y si el proyecto se acaba, pues a la calle, ya que un recurso que no esté generando ingresos (trabajando en cliente) es un gasto innecesario (nómina).
Angeliyo es un romántico de la informática. Está enamorado de ella. Pero de un ideal de informática que no es rentable. Su ideal es hacer el mejor algoritmo (o el más ingenioso), o resolver problemas matemáticos o científicos. Le gusta la informática como hobby, no como negocio. La informática como negocio es tirar código que funcione en el menor tiempo posible, descuidando la calidad.
No hay que olvidar que en este mundo todo tiene precio: el coche, la gasolina, la ropa, la comida, la casa... y eso se paga con dinero. El dinero, desgraciadamente, no crece como el trigo, que hay que ganárselo con un trabajo.
La informática no es un elemento de una ONG, y que la inversión de 3 a 7 años en una carrera hay que amortizarlos, y que para pagar la hipoteca o alimentar al bebé hay que trabajar, y ganar dinero. Los algoritmos son bonitos para enseñar en la facultad, y románticos aprenderlos. Pero seamos francos: nos gusta la calidad, pero hay que vivir. El altruismo es para nuestro tiempo libre, si es que alguna vez llegaremos a tenerlo.
Esto es un negocio, por supuesto. Si no estaríamos haciendo pan, fregando suelos, sirviendo mesas, transportando mercancías o vendiendo enciclopedias. Todos son trabajos dignos, pero nadie trabaja por amor al arte. No nos gusta trabajar, y menos sin gratificación, ya sea moral (felicitaciones, reconocimientos) o material (dinero, regalos, patrimonios). Asimismo, las empresas nos pagan una nómina y tienen otros gastos (alquiler de local, impuestos, luz, teléfono, equipos, etc.). Lo que invierten en nosotros lo tienen que recuperar y ganar, además dinero, porque si no cerrarían el chiringuito y nos iríamos a la calle. Pero esto no ocurre con las "picadoras de carne", si no con cualquier empresa de cualquier tipo de negocio.
Angeliyo apuntaba también a la estabilidad laboral. Es cierto que no hay mucha estabilidad en este tipo de empresas, ya que se abren y se cierran con más frecuencia que los bares o que las tiendas de zapatos. Las empresas son entidades vivas, como nosotros: nacemos y morimos.
La vida de una "picadora de carne" no es muy grande. El éxito de su vida depende de muchos factores, tales como su ética y calidad de sus servicios, precios, las relaciones con los clientes y la calidad de todo ello.
No por trabajar en una empresa final te libras de un despido. Te da igual estar en una "picadora de carne" que en una empresa de prestigio internacional y con más de cien años de vida en el mercado. Digo esto último por experiencia personal, que estuve trabajando en Bull, en donde quería jubilarme, y al final me despidieron porque los planes de mi perfil no cuajaron como tenían planeado.
Hay muchas empresas de muchos tipos, no sólo "picadoras de carne". Hay muchas empresas que construyen su propio software y se dedican a venderlo. Quizá este mercado sea más estable, aunque dependerá mucho de la calidad de su producto y de la competencia. Estas empresas hay que buscarlas, ya que no se anuncian en Infojobs ni en Tecnoempleo. Asimismo, suelen estar formadas por pocos socios, normalmente amigos o familiares. Es muy difícil entrar, pero algunas de estas empresas tienen ya un volumen un poco alto y pueden requerir profesionales no conocidos.
Otras empresas no se dedican a la informática, pero que necesitan de ella. Algunas de ellas se dedican a temas de ingeniería, o bien tienen un volumen importante que necesitan ayuda de la informática para optimizar su negocio. Tampoco se anuncian, pero es importante dejar el CV para que te conozcan. Al igual que el tipo de empresas anteriores, no suelen andar buscando profesionales, por lo que entrar es casi una lotería y tener la suerte de estar ahí en las ocasiones que buscan personal.
Otra opción es intentar montar tu propia empresa, crear algo tuyo, propio, y venderlo. Yo lo he intentado varias veces, pero la cosa no salió bien debido, principalmente, a que la gente con la que quería colaborar nunca tenían tiempo o pasaban de involucrarse (al principio es muy interesante, pero cuando hay que empezar a sacar callos...). Además, el dinero a invertir dependerá de tu situación. En mi caso, con una hipoteca y una familia que depende de mi nómina, no es factible invertir en algo que no es seguro. Por tanto, esto sólo es recomendable si no tienes nada que perder (estás soltero, vives en el hotel "Papá" y no tienes cargas ni responsabilidades) o bien hay un proyecto con pasta segura.
No voy a poner las cosas más negras, porque yo creo en los sueños, y éstos son los que sustentan mi vida. Sólo persiguiendo y haciendo realidad esos sueños es lo que merece vivir la vida.
Ahí os dejo un tema bastante interesante para discutir. Espero vuestros comentarios, vuestras experiencias, vuestros puntos de vista.