Mañana se votará en el senado la aprobación del canon digital, que grava todo tipo de soportes: teléfonos móviles, discos duros, impresoras, escáners, mp3, etc.
Lo que no tiene explicación cómo un gobierno (sea cual sea) deje que una sociedad privada gestione este asunto, que imponga este impuesto revolucionario y que encima entre a un parlamento y cambie unas leyes. Bueno, sí puede tener una explicación, y es que los ingresos que genere este canon generarán también impuestos y, por tanto, una inyección de capital a las arcas del estado con la que poder paliar deficiencias financieras, tapar deudas o cualquier otra cosa.
Yo pregunto a los señores de la SGAE: mi madre no sabe lo qué es internet, y apenas sabe utilizar el móvil para llamar y guardar un número en la agenda. Al igual que mi madre, millones de personas como ella, de otra generación menos tecnológica, o gente como yo que apenas le da importancia al teléfono para llamar y poco más, ¿por qué hemos de pagar canon?
Se pone de manifiesto la incompetencia de perseguir a unos contados delincuentes, y es mucho más cómodo hacerle pagar los platos de la piratería a millones de inocentes. Es como si no hay manera de echarle un guante a un atracador de bancos y se le hace pagar a todos los clientes del banco un impuesto para paliar el monto robado.
La SGAE presupone que si me compro un teléfono móvil o una cámara de fotos digital voy a utilizarlo para fines piratas. ¿Qué majadería es ésta? Queda patente la anticonstitucionalidad del propio canon, porque la presunción de inocencia (pilar base de nuestro sistema jurídico) se convierte en presunción de culpabilidad. A mí, sólo por esto, me gustaría denunciar a la SGAE, no ya como presunto culpable, si no como evidente culpable.
Hay otras maneras de paliar la piratería y promover la cultura, y el canon no es si no una tapadera para deleitar y hacer millonarios a unos artistas frustrados a ser millonarios a costa de otros artistas valiosos. Si no, sólo hay que ver la de millones de euros que recaudan sangrando el bolsillo de millones de inocentes (perdón, "presuntos culpables"), y la de palacios que compran y restauran, y cómo a la hora de la verdad, en lugar de defender de los derechos de la inmensa de artistas españoles, se dedican a ignorarlos.
Pero la solución no está ahí, y no voy a hablar por hablar, dando publicidad gratuita ni escupiendo injurias vanamente. Tampoco voy a recordar las tropelías y casos de corruptela en esta banda. En este artículo voy a exponer algunas soluciones que a mí se me ocurren para paliar la piratería y no tener que tirar de un impuesto revolucionario injusto, insociable e insolidario:
- Que la SGAE desaparezca y hay una institución gubernamental que gestione los derechos de los autores y artistas.
- Que se creen organismos legislativos, reguladores y ejecutivos como parte de gobierno para estos fines. En estos organismos daría lugar a funcionarios con formación en leyes, e incluso inspectores y agentes especiales para investigar casos de piratería o delitos contra los derechos de autor.
- El derecho del autor a elegir qué modalidad desea para difundir sus obras, sin imposiciones por parte de editoriales, discográficas o empresas intermediarias (distribuidores por ejemplo), que impongan contratos abusivos y que la mayor parte de sus derechos se pierdan.
- Que exista un medio editorial o discográfico o del estado, para subvencionar las obras de promesas. Esto, además de publicitar al artista y dar a conocer sus obras, generaría un ingreso estra en las instituciones.
- Romper con los abusivos precios de las obras en el mercado. Eliminar intermediarios inútiles y tasas abusivas. La cultura para llegar a la gente, debe ser accesible, no un privilegio. Un precio económico no daría sentido a la piratería. Una película o un disco original por 6 o 10 euros es mejor que uno pirata y de baja calidad de 3 o 5 euros. Merecería la pena tener un original, en lugar de uno pirata.
- Promover la venta online de obras, y permitir libertad al consumidor de elegir qué canciones quiere comprar de un disco, o qué películas o libros quiere. Para ello, debería apostarse por un modelo de prueba y compra.
- Castigar duramente a los infractores de derechos de autor, e imponer un sistema policial eficiente. De esta manera cualquer potencial pirata se lo pensaría sabiendo que existen policías muy buenos, y un sistema judicial meticuloso y que hace cumplir las leyes.
Baste mi reflexión como una protesta y para manifestar mi total desacuerdo con el puto canon digital, por inconstitucional, por injusto, por ilegal (aunque se apruebe en un senado, da patadas a alguna que otra ley de derechos), por insociable, por insolidario, y por alimentar la fortuna de unos pocos que se convirtieron en adalides de una mayoría de artistas que creen que los defienden y protegen, cuando en realidad los ignoran.
¿Qué opinas tú del canon digital? ¿Crees que hay otras soluciones? ¿Qué le dirías al gobierno? ¿Qué le dirías a la SGAE?