Recientemente Microsoft ha querido, una vez más, intentar comprar a Yahoo!. Y es que la insaciable sed del gigante de Redmon no conoce límites en su afán por devorar más y más, y crecer más y más.
Microsoft no es la única empresa que anda a la caza de ofertas. MySQL, la base de datos opensource más extendida del planeta, va a ser adquirida por Sun MicroSystems. Oracle andaba detrás de Bea Systems (fabricante de Bea Weblogic, el servidor de aplicaciones J2EE más popular). IBM va a la compra de Cognos, uno de las aplicaciones de Business Intelligence más valorados. IBM también va a comprar Net Integration Technologies, una compañía que posee un servidor de negocio para pequeñas empresas. Google anda detrás de DoubleClick, una importante compañía de avisos online, relacionada con los mercados, agencias, publicistas, etc.
Uno ya está acostumbrado a ver este tipo de prácticas desde hace dos décadas, y no debería sorprenderse. El mercado se aviva y se genera más negocio, además de permitir a los grandes fortalecerse en algún sector frente a su competencia.
Pero mi preocupación es: ¿no estamos alimentando monstruos cada vez más exigentes, que cuando haya una crisis y no tengan qué comer, se mueran y hagan tambalear los mercados? ¿Es bueno realmente ver que empresas innovadoras son absorbidas con el único propósito de frenar a la competencia? ¿Cómo quedará el hábitat del mundo tecnológico? ¿Es acaso una lucha por la supervivencia, en la que sólo unas pocas especies sobrevivirán gracias a la ley del más fuerte? ¿Cómo será la evolución de la tecnología? ¿Al final quedará todo en manos de unos pocos, y la confidencialidad de nuestros datos a merced de estos monstruos? ¿Debemos comprar en un futuro, sólo productos de unos pocos, y sujetos a su abusivo y estricto control? ¿Tendremos un Matrix o un Gran Hermano?
Y no es exagerado plantearse estas preguntas. Uno ve el mundo de la tecnología como nuestro mundo real. Las empresas hoy grandes fueron en el pasado las primeras en germinar en un campo yermo. Muchas han perecido en el camino, devoradas por las más hambrientas. Google, eBay, Amazon, etc., son una nueva generación de empresas que han sabido encontrar el lugar y el momento para germinar.
Uno ve el campo con unos árboles enormes, cuyas raíces matan las raíces de las más jóvenes, y cuyo sombra quita el sol de las que nacen. Estos colosos tiene parásitos y otro tipo de plantas que se alimentan de ellos, y lo alimentan a ellos, como puedan ser las consultoras, que no innovan ni desarrollan tecnología, si no que se alimenta de ella y la provee, generando beneficios a sí misma y al gigante.
He vivido en mis carnes lo que es crear una empresa, el sacrificio que supone crear una idea, mantenerla y materializarla. Es complicado gestionar los trámites burocráticos, los clientes, los proveedores, los recursos y el trabajo al mismo tiempo.
Las nuevas empresas lo tienen muy complicado en un mercado controlado y globalizado. El éxito dependerá de su originalidad y de la habilidad de detectar necesidades que nadie haya conseguido detectar, y posicionarse en un nicho de mercado virgen. Ser descubridores y pioneros es lo más complicado para generar la oportunidad.
Y cuando alguien con ese talento especial sabe explotarlo y hacer negocio de él, comienzan a salir voraces imitadores sin ideas, que se aprovechan de ello. La competencia empieza a surgir, y hay que invertir más, arriesgar más, atreverse a más y esforzarse más, para no perecer a manos de los oportunistas.
Y cuando la titánica lucha empieza a funcionar, aparece un coloso de enormes proporciones que eclipsa tu sol, enfría tu suelo y pone en peligro tus frutos. De un bocado te engulle, quedándose con todo.
Muchas empresas nacen para ser devoradas, y los dueños de dichas empresas miran únicamente por sus bolsillos, que se llenan hasta lo indecible. Es otro tipo de negocio, aunque más bien personal.
Pocos empresarios se resisten a esas compras millonarias, pues están cansados de luchar y están cansados de los problemas, y una inyección de dinero es una vía rápida y lucrativa. Pocos empresarios hay con orgullo y preocupados por su trabajo anterior, por su obra, por sus empleados..., y que renuncien a este soborno para seguir luchando y crecer más de manera individual.
En fin, amigos míos. Estoy a favor y en contra de este tipo de prácticas. Empresarialmente son acciones beneficiosas tanto para la empresa que compra como la empresa que es comprada (si es que está en crisis y esto es una solución). Pero la compra hostil es una cosa que detesto.
Lo peor de todo es que dinosaurios más grandes han sucumbido a un simple virus, a un rayo, a un terremoto, o a eventos inesperados. Y en tan sólo un instante, todo ese gran tejido del que están formados han pasado a los estómagos de los carroñeros.
El tiempo y la naturaleza siguen su curso, y el mundo es cambiante.