La voraz e inconsumible crisis que asola todo el planeta afecta también a las tecnologías. Hace meses no veo tantas novedades en el panorama tecnológico, las releases de las distribuciones Linux no son tan frecuentes, y las innovaciones no tienen tanto eco. Lo último, el SIMO se ha cancelado por primera vez en su historia, ante la ausencia de sus principales patrocinadores.
¿Cómo está afectando la crisis mundial en nuestro mundo tecnológico?. Principalmente, los clientes que demandaban tecnología congelan proyectos, y los que están en marcha, si no tienen un ROI (retorno de la inversión) inmediato, también se paralizan. Por tanto, la maquinaria se queda parada, y sólo unos pocos intrépidos (o insensatos) continúan adelante. En alguna compañía demandan proyectos bajo subasta, es decir, que sacan un pliego, se presentan varias empresas tecnológicas con una oferta, cogen la más baja, y a todas estas empresa les insta a ver quién baja un 15%. Si hay más de una que puja, entonces hay otra oferta bajando otro 5%. Y así hasta que sólo quede una.
Tal y como lo veo, es más el miedo y la imagen virtual que se forma en torno a la crisis que lo que es realmente la crisis. Los miedos son chispas que encienden el bosque entero, y ante esta situación, en lugar de echar agua se echa gasolina.
A lo mejor esta crisis nos hace más fuertes, más ingeniosos, más inteligentes, más audaces y más fuertes. Aquí es donde realmente aquellos que valen destacan, y los mediocres se hunden. Porque navegar en un mar calmo es muy sencillo y cualquiera puede hacerlo. Pero gobernar la nave en una tormenta es sólo para los grandes capitanes.
Así está ocurriendo con empresas como BSCH, que en el gremio más castigado por la crisis se permite el lujo de comprar otros bancos y hacerse más grande. Lo mismo ocurre con Microsoft o Google, que recientemente han comprado empresas.
Creo que en la tecnología ocurrirá lo mismo, y que esta crisis va a cambiar la forma de hacer negocios tecnológicos, aunque en un principio sea doloroso. Ya no va a haber proyectos "fantasmas" para justificar la asignación de presupuestos para innovación. Ya no va haber tanto coleguismo y comisiones en productos, servicios y consultorías. Ya no va haber tantos "engordes" de presupuesto, en la que la jornada de un consultor cuesta tanto como el sueldo mensual de la mayoría de los españoles. Ya no va a haber tanta actualización sólo por estar a lo último, y no porque realmente se necesita. Ya se va a empezar a eliminar pirámides invertidas cuyos costes son exacerbados. Ya se va a ver el software libre como una alternativa real, aunque al principio sea sólo por el concepto de que es más barato, y no por su aporte tecnológico y social. Ya se va a considerar a un técnico como la persona más valiosa de toda la cadena tecnológica.
Podría enumerar tantas y tantas premisas sobre los atropellos y abusos que ha habido desde que me alcanza la memoria, que no darían a basto en este post. Y la verdad, me gustaría que se acabaran, porque lo que hacen es minar la profesionalidad de esta profesión, y a la que los clientes ven como "una moto" o "mucho humo".
En esta España que nunca abandonó la picaresca, no dejará de existir el pillaje. Pero la crisis creo que va a ser una buena limpiadora de buscones y lazarillos, dejando en el camino los cadáveres de los mediocres. Tan sólo los espabilados, los osados, los inteligentes, destacarán al final de la hambruna.