Aprovechando un pequeño hueco en mi apretada agenda, llevo dándole vueltas a varias cosas que tienen mucho que ver con la tecnología y nuestra vida.
Hoy abordaré solamente el abuso de algunas personas que no tienen otra cosa mejor que hacer que aprovecharse de la inocencia de unos y del sacrificio y del trabajo de otros. Por supuesto, me estoy refiriendo a la SGAE. Curiosamente, lo llevan personajes que tuvieron un pequeñísimo éxito en su vida artística (los triunfitos creo que han triunfado más que esta gentuza), y que mediante la SGAE se aprovechan del trabajo de los que de verdad se lo curran (o sea, los autores y artistas) y por otro, de manera impositiva roban a los demás.
No me refiero sólo por el canon, que ROBA a quien compra un dispositivo magnético para copiar sus datos de trabajo o de ocio, incluyendo sus fotografías, sus composiciones literarias o artísticas.
No me refiero tampoco por la imposición de cobrar en los conciertos benéficos (remitámonos al concierto que se hizo sobre el Prestige).
No me refiero tampoco por la deleznable actitud de contratar detectives (que ni siquieran tienen homologación policial) para infiltrarse en casetas de ferias e incluso bodas para sangrar y sacar dinero a unos pobres empresarios que ni siquiera cobran por pinchar un disco, o a una orquesta por interpretar canciones de otros artistas.
Me refiero a la lamentable actitud de unos hipócritas que no han sabido triunfar en la vida, y que esa frustración la quieran compensar haciéndose millonarios a costa de los demás. No sólo a costa de los inocentes, si no también a costa de aquellos a quienes supuestamente defienden. No me creo que impongan multas a una orquesta de artistas aficionados o a un restaurante y vayan luego al autor de la canción que han expuesto y les de una parte del dinero que han recaudado.
Lo más gracioso es que un autor defiende su autoría, y que debe ser el propio autor quien denuncie si una obra suya ha sido utilizada en otra obra o se ha suplantado. El tema del dinero por la explotación no atañe a los autores si no a las discográficas y a los señores de la SGAE.
Aún no han aprendido o no se quieren enterar de que los tiempos cambian y que hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Hay un artículo en HispaMP3 en el cual narra la historia de los aguadores.
En la antigüedad existía el papel de aguador, que llevaba el agua en cántaros desde la fuente a las casas de los que necesitaban el agua. Y por ese servicio se cobraba un importe.
Con la aparición de los sistemas de cañería, los aguadores y los fabricantes de cántaros fueron desapareciendo, pero, a cambio, aparecieron, y con más cantidad y oportunidades de trabajo, nuevos empleos, como el de fontanero.
Con las nuevas tecnologías está ocurriendo lo mismo, y los de la SGAE deberían aprender que se puede conseguir mucho más adaptándose a los nuevos tiempos y a las nuevas tecnologías, en lugar de abrazar un sistema desfasado y prehistórico.
Por un lado, el CD se hizo para reducir costes y obtener una calidad mucho mayor. De hecho, el coste de fabricación de un CD no llega a los 2 euros, y hasta los 18-25 euros que pueden costar, es todo dinero limpio para la SGAE. Las discográficas se llevan un buen pico, pero son las que realmente arriesgan. El autor se lleva una miseria de cada CD, y es quien ha hecho todo el trabajo y ha aportado todo su ingenio para crear su obra (argumento que tanto utiliza hipócritamente la SGAE).
A mi, por ejemplo, con un CD entre 6 y 10 euros (de hecho compro bastantes en rebajas) no me molestaría en ir a un top manta, ya que ni me merece la pena. Además, la discográfica sacaría hasta un 400% de ROI (retorno del capital invertido).
Internet es el sistema de cañerías que hablábamos antes. Se acelera el acceso del agua y llega a más gente y en menos tiempo. El agua (las obras) siempre estarán, y habrá trabajo para los autores más que de sobra, ya que todo el mundo conocerá antes su trabajo y le llegará antes.
En esta nuevo enfoque, hay muchos artistas que abogan por el modelo libre. Se reconoce la autoría de su obra, e incluso se puede utilizar para crear otras obras (siempre que se indique que ese fragmento pertenece a dicho autor), e incluso puede ser gratuito y de uso libre. Este concepto no sólo sirve para el software, si no también para autores literarios, músicos o directores de cine.
Internet es un fenómeno que llega a mucha gente, y una obra libre puede ser algo que genere mucho dinero.
Hay autores que distribuyen gratuitamente sus canciones por internet. Llega a muchos millones de personas en un instante, y se da a conocer. Esta fama le lleva a varias fuentes de retorno de su inversión. Por un lado, puede dar conciertos o actuar en salas, ya que se le conoce. Por otro lado, se puede requerir su talento de manera remunerada para componer, por ejemplo, bandas sonoras.
Sin llegar a ser ciberpunkies (como dirían las malas lenguas), una discográfica puede generar mucho más negocio aprovechándose de las nuevas tecnologías. Por un lado, puede publicar fragmentos de canciones de autores de prestigio. Los clientes acceden a su página web y escucha dichos fragmentos. Si le gusta, puede descargarlo previo pago de (por ejemplo), un euro por canción. Esta venta representa mucho menos costes de fabricación, materia prima y distribución que por el método tradicional, y es accesible a muchas más personas y en menos tiempo.
La SGAE ha pasado de defender los derechos de los autores a ser unos piratas (sí, lo digo bien, ya que abordan barcos (usuarios, autores, discográficas, organizadores de conciertos, etc...) para robar dinero. Lo peor de todo es que hay muchos intereses creados, en los que también están participando muchos políticos. Es por ello, que no se definan leyes justas y claras.
Yo no soy abogado, pero la lógica me dicta que en disputas legales, los actores involucrados son: acusado, abogado defensor, acusador, fiscalía y juez (o jurado). ¿Qué pinta la SGAE en esta foto?. ¿En qué sitio está?. ¿Qué hace?. ¿Defiende al autor?. ¿Acusa realmente a un delincuente?. ¿Juega a ser juez?. ¿O, quizá, se crea Dios?.
Yo puedo decir categóricamente que no defiende los derechos de nadie y que encima está por encima de las leyes y se les permite. Y, lo que menos me gusta de todo, es que me acuse como a un delincuente por hacer una copia de un disco que he comprado original o por guardar datos de las fotos de mi hija o de mis sobrinos.
Creo, a mi entender, que si debe existir una entidad reguladora que defienda los intereses de los autores, sea una entidad gubernamental, y que sea de todos los españoles. Que sea como una administración que regule todo lo concerniente UNICA y EXCLUSIVAMENTE a los autores (en temas legales y administrativos), y que no entre en territorio de la producción, distribución, difusión o venta. Esta idea, yo creo que sería buena no sólo para los autores, si no también para las arcas del estado. Yo prefiero pagar un canon que vaya para un hospital o un colegio, en lugar de a las fortunas personales de cuatro frustrados que no tuvieron talento.
[Añadido el 10/01/2005]
Algunos artículos interesantes sobre este asunto recopilados de HispaMP3 y la manipulación en el suculento negocio:
La SGAE, los Derechos de Autor y los Derechos de Todos
CD o no CD
Salvemos a los aguadores
Copiar, robar, mandar