sábado, 20 de enero de 2007

Cacharreando con un viejo ordenador

Entre el escasísimo tiempo del que dispongo he conseguido encontrar un hueco para escribir un nuevo post. Y la verdad que promete ser muy interesante.

A mi cuñado le tocó por sorteo un viejo ordenador del que se deshacían de una empresa. Tras ir repetidas veces a su casa, por fin conseguí saltarme la password de la BIOS, con el fin de poder instalar un CD-ROM. El equipo era un viejo Compaq, un Pentium III 400Mhz, con 320 MB RAM y 4,3 GB HDD. Tenía instalado un Windows 2000 Workstation con clave de empresa, al que nunca pudimos acceder debido a que, por política de aquella empresa, no se podían revelar contraseñas.

En un principio quise instalarle un Windows XP, ya que el uso era para él (un usuario sin idea de ordenadores) y para que sus hijos aprendieran. Pero resultaba muy extraño que todas las copias que tenía de Windows XP fallaban en el proceso de instalación. Probé con 4 unidades distintas de DVD-ROM y CD-ROM, pero siempre fallaba. Descarté, pues, fallo de la unidad, pues además de la casualidad, había ya utilizado todas mis copias con éxito anteriormente. Por otro lado, de vez en cuando, al arrancar, aparecía algún error de memoria. Así pues, achaqué por un lado errores de hardware debido a la memoria, a la placa y/o al bus de datos (probé con varios cables de datos en las unidades de CD/DVD).

En casa tenía un viejo ordenador, del cual ya hablé en un artículo anterior. Este equipo es un Pentium II 233 Mhz, 64MB RAM. Así que cacharreé un poco, aprovechando el disco duro de aquel Compaq, le puse una unidad de DVD-ROM y una grabadora de CD-ROM. Añadí al disco duro de 3,5 GB el de 4,3 GB que tenía el viejo Compaq.

En un principio me la jugué con Windows XP. La instalación fue muy bien, pero al arrancar Windows, al llegar al escritorio, se me colgaba con Death Blue Screens (Pantallas Azules de la Muerte), con volcados de memoria. Esto ocurría al mover escasamente el ratón o al abrir la primera aplicación. Estaba claro que Windows XP, con su maravillosa y eficiente gestión de la memoria, se quedaba pillado.

Volví a desempolvar el Windows 98 Second Edition, y la verdad que fue cañón. Como el ordenador no va a ser conectado a internet, ni se le van a añadir más aplicaciones que el Office, la verdad es que es más que suficiente. Eso sí, corre el riesgo de fallos eventuales debido a la inestabilidad del propio Windows. Pero para un usuario con uso de Office y poco más, no es un problema grande.

¿Qué más le instalé?. El Nero, el Clone-CD, el KLite Codec-Pack (para reproducir todo tipo de formatos multimedia) y el Microsoft Office 97.

El problema que tuve fue que la tarjeta de sonido, aun reconociéndomela, no podía funcionar. Era una Sound Blaster AWE32. El problema era que había conflictos con las IRQ (interrupciones hardware), ya que, normalmente, utiliza la 5, la 7 o la 10. Pero al equipo le había insertado una tarjeta PCI para abrir puertos USB, y ésta se estaba adueñando de estas interrupciones. Al quitar esta tarjeta, la Sound Blaster iba como la seda.

Para curarme en salud, también le instalé Linux en el otro disco duro. Pero tuve que plantearme que son usuarios muy inexpertos, y que el poco contacto que habían tenido había sido con Windows. Por otro lado, había que tener en cuenta las capacidades hardware , nimias e insuficientes para un RedHat, un Mandriva, un SuSe o cualquier otra distribución que use actualmente KDE o Gnome.

La opción era una distribución con XFCE, ya que consume muy pocos recursos gráficos. Recordemos que los usuarios son muy inexpertos, y XFCE 4 era la candidata idónea.

Pero había otro problema: Vector Linux o Zenwalk son distribuciones en inglés, y no contemplan el castellano. Así pues, las opciones restantes eran DreamLinux y Xubuntu. La primera de ellas no funcionó la instalación, pues daba errores en la línea de comandos de instalación (supongo que sería porque estaba en CDROM y a lo mejor necesitaba un medio escribible, como un pendrive), por lo que al final me decanté por Xubuntu.

Con esta distibución me tuve que pegar en la instalación, pues, por un lado, no podía hacer una instalación en modo gráfico, si no en modo texto (pero al final se instala el escritorio XFCE), y en una de las partes de la instalación, cuando hay que seleccionar el idioma, debido a las limitaciones de la pantalla, la lista de idiomas sobrepasaba la pantalla y no se veía, por lo que no pude seleccionar el castellano. Así pues, tuve que hacerlo en inglés.

La instalación final tuvo un éxito rotundo, aunque hubo un momento de la instalación que se quedó durante algunas horas en el mismo punto y parecía que la instalación había quedado bloqueada, pero el led del disco duro seguía parpadeando. No entiendo qué costaba indicar en la ventanita de texto de la instalación qué paquete se estaba instalando en ese momento o qué estaba haciendo, para ver que hacía algo.

Al arrancar el ordenador, el GRUB te permite elegir entre Xubuntu o Ventanucos. Al arrancar Xubuntu... ¡Qué maravilla!: reconoce el modo 1024x768 (aunque con algunos fliqueos de pantalla), pero ¡Qué putada!: el ratón no lo reconoce.

El ordenador utiliza un ratón COM1 de los antiguos, de los que tenían un conector similar al del monitor con 9 pines). Había que arremangarse las mangas y trabajar en plan profesional. Utilizo el modo consola, eligiendo el cambio de modo de sesión. Una vez en modo consola, cambio la contraseña del administrador con "sudo passwd". Una vez definida la contraseña del usuario root, me logo como root mediante "su -". El siguiente paso es ir al directorio "/etc/X11" y desproteger ante escritura el archivo de configuración de hardware , mediante "chmod 666 xorg.conf". A continuación, con el vi editar el archivo "xorg.conf" mediante "vi xorg.conf", acceder a la sección referida al ratón (Section "InputDevice" + Identifier "Configured Mouse"), comentar con # las líneas referidas al ratón por defecto PS2 (Option "Device" + Option "Protocol") y añadir la configuración correspondiente a este tipo de ratones: Option "Device" "/dev/ttyS0". Por otro lado, para aliviar un poco la carga de peso gráfico, rebajé el parámetro "DefaultDepth" de 24 a 16. Con ésto último, la pantalla deja de fliquear o de parpadear cada vez que refresca.

Intenté, por último, cambiar el idioma al escritorio, mediante la opción "Language Support" en el menú System. Tras solicitarme la contraseña de root, seleccionar el idioma castellano y cargar los paquetes desde el CD, no he conseguido más que añadir el OpenOffice Write, pero el idioma sigue en inglés. No sé si debo indagar más en ésto o si se puede o no cambiar.

Al final, el sistema ha quedado impecable. Linux funciona muy bien, a una rapidez aceptable y con una estabilidad fuera de toda duda, a pesar de tan poca memoria. Incluso conseguí hacer funcionar el Gimp y hacer algunos retoques fotográficos con una imagen de 4 MB. AbiWord y Gnumeric funcionan muy bien, y permiten guardar el archivo de texto o la hoja de cálculo en casi cualquier formato, incluidos el Word y el Excel.

Xubuntu es un poco parco en aplicaciones. Tiene lo suficiente para Office, para internet (Firefox, Thunderbird mail y Gaim) y un reproductor multimedia (gXine), al que debes añadir codecs. También incluye un tostador de CD's.

La parametrización de XFCE es muy abundante en detalles y no se echa de menos nada. La configuración del sistema es muy completa. Para un usuario de casa es más que suficiente y demuestra ser bastante robusto y estable. Después, puedes añadir lo que quieras, hasta el infinito y más allá.


¿Resultado final? Un ordenador viejo, con los dos mejores sistemas operativos que puede tener un usuario inexperto: Window 98 y Linux con XFCE. A partir de aquí, uno puede jugar con uno u otro sistema.