miércoles, 4 de junio de 2008

Las dictaduras tecnológicas también mueren

Durante casi treinta años hemos vivido en una dictadura tecnológica que poco a poco va agonizando en sus putrefactas bases. Durante casi treinta años hemos tenido que soportar estoicamente las trayectorias que han definido nuestro modelo social, económico y tecnológico. Durante casi treinta años hemos tenido que entrar al aro, porque era lo que había, porque era lo que nos imponían, porque todos hacían lo mismo y porque parecía lo único que había.

Estoy hablando de una cultura basada en la adoración de "las ventanas" (Windows), y la dictadura tecnológica que nos ha hecho vivir durante casi tres décadas.

No voy a restarles el mérito de ser los "precursores" y los "innovadores" de la tecnología que hoy conocemos. Cierto que las comillas las pongo a nota de ironía, pues ni MS-DOS era de Microsoft, ni Windows era original (Macintosh estaba antes, y Xerox incluso antes con el invento del ratón), ni Word, ni Excel, ni.... Pero el mérito del marketing y de facilitar las cosas a los usuarios tienen su agradecimiento, y gracias Micro$oft (y a la santa piratería) podemos disfrutar y utilizar estas magníficas tecnologías.

Pero Microsoft adolece de orgullo y de tener un poder omnipotente, de estar por encima de todo. Y por ello ha ido creando necesidades a base de cambiar la tecnología a su gusto y conveniencia.

El otro día visité un humilde ayuntamiento de unos 4000 habitantes, y tuve la oportunidad de charlar con su responsable informático. Su mayor preocupación era el fin de la venta de Windows XP, de sus licencias y de soporte en este mismo año. Y no era para menos, pues todas las aplicaciones están diseñadas para este sistema operativo, incluyendo el padrón y el registro de entrada y salida, los pilares de información del ayuntamiento.

El gobierno autonómico firmó con Bill Gates un acuerdo de continuidad de productos Micro$oft en la Administración Pública. Eso significa que "por coj..." (perdón, por decreto ley), todos han de usar ahora Vista. Pero, ¿quién paga todo?. ¿Lo va a subvencionar el gobierno autonómico?. Pues claro que no. Si no eran baratas las licencias de Windows XP, ponte ahora a comprar el CARISIMO Windows Vista y sus licencias.

Pero, ¡si los equipos del ayuntamiento son antiguos!. ¿Quién va a comprar hardware que haga correr bien a Windows Vista? ¿El gobierno autonómico? Pues claro que no. ¡Habrase visto!

Bueno, pues después de dejarte un pastón en productos, en licencias y en equipos (el presupuesto que se necesita para, por ejemplo, el mantenimiento de la escuela o del centro de salud durante un año), resulta que los programas del padrón y del registro no son compatible con Vista. Y lo peor es que no se puede solucionar a base de talón, pues no existen versiones de estos productos para este sistema operativo.

En mi empresa aún funcionamos con Windows XP, y yo he usado Windows XP desde sus inicios. A mi me ha parecido el sistema más estable de Microsoft.

Pero hace apenas cinco meses me compré un ordenador portátil con Windows Vista preinstalado. Y no es por ser detractor de Microsoft, pero he de decir que es la mayor patata que he visto. Desde que lo tengo, mil cosas me funcionan mal, cada dos por tres me sale un pantallazo azul de la muerte, incluso con más frecuencia que en Windows 95 o en Windows Me (que en paz descansen). Los programas que utilizaba para XP, es una lotería. Algunos van y otros no van. Y los que van te pueden dar sorpresas.

Y coincido con mi querido amigo del ayuntamiento, en que Windows Vista no añade nada nuevo, ni nada de valor añadido que sea realmente útil. Tan sólo cambia un poco su aspecto y te hacen pasártelo bien al cambiar las cosas de sitio, especialmente las funciones administrativas.

Lo mejor de esta sociedad de la información es que ya no hay tontos ni curiosos inexpertos. Ya casi todo el mundo sabe qué es la tecnología y qué productos hay. Nacen empresas con ideas nuevas y económicas, con nuevas opciones y, lo mejor de todo, muchas son soluciones libres. Estamos una era de libre pensamiento, donde Microsoft ya no es lo único que hay, ni marca la tendencia ni nos puede esclavizar con sus desfasadas teorías dictatoriales. Somos libres y podemos elegir.

Puede que algunos me tachen de ciberpunk, de rebelde o de linuxero maldito. Procuro romper varas a favor y en contra de uno u otro sistema, e incluso comentar otros sistemas.

En esta ocasión debo romper una criticando a Windows Vista, pues es la primera vez en mi vida tecnológica (que inicié allá en 1984 con un Spectrum, un intérprete de basic y un Gens y un Mons para escribir, compilar y descompilar código máquina), que mi sistema operativo se vuelve inestable con tan poco uso y en tan pocos meses. Esto no me había pasado, como repito, ni con Windows Me.

Y es que eso de imponer algo puede funcionar al principio, cuando eres el único con pan y todos tienen hambre. Pero hoy, todo el mundo está bien alimentado, y hay muchos panaderos con pan, y que son honrados.

Probado Windows Vista, y con criterio por mi experiencia, sigo quedándome con un ordenador con Windows XP, y con una partición para RedHat, Mandriva o Ubuntu. Y es soy como el MediaMarkt (no soy tonto). Hay cosas que hago mejor con Windows y otras que prefiero con Linux. Ambos sistemas tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, y usar lo mejor de ambos creo que es la mejor idea. Eso sí, no quiero Windows Vista, aunque me pierda las maravillas que se hagan para este sistema.