Estoy inmerso en un proyecto basado en tecnología RFID. He de reconocer que hasta hace apenas un mes ni siquiera conocía estas siglas, pero en unas pocas semanas me he bebido grandes dosis de lectura en forma de blogs, foros, artículos, noticias, manuales, etc. sobre esta tecnología.
Para los que aún no conocen esta tecnología, les haré una pequeña introducción para deleitarse.
RFID (Radio Frecuency IDentification, o Identificación por Radio Frecuencia), permite controlar activos (elementos, productos, personas o lo que queráis) gracias a un sistema de tags (pequeños dispositivos) implantados, y de unos lectores que emiten radio frecuencias.
Las ventajas de este sistema es que permiten tener en todo momento controlado los activos de un almacén (por ejemplo), o tener monitorizados pacientes mentales en un hospital. Con esto se puede localizar en un mapa un determinado activo, lanzar alarmas en el caso de que salga de una zona sin autorización, o en el caso de cumplirse la cercanía o lejanía de ciertos productos (por reacciones químicas, electromagnéticas o de cualquier otra índole), que un producto no se salte una secuencia en un flujo o cadena de producción, o tener localizado un activo y no perder el tiempo buscándolo, o un montón de aplicaciones añadidas.
Algunos ejemplos que se están registrando.
- Control de inventario en almacenes y supermercados.
- Control de pacientes y activos en hospitales.
- Carritos de la compra con lectores para informar del precio de un producto.
- DNIs y pasaportes.
- Puntos de control en autopistas de peaje.
Esta tecnología tiene muchos beneficios, pues se puede ahorrar muchos costes y se posee un mayor control de los activos. Evita robos y permite ahorrar tiempo y dinero a la hora de localizar un activo o saber en tiempo real cuándo hay que hacer un nuevo pedido de un determinado producto. También permite localizar geográficamente un cargamento en un palet, en un camión, en un contenedor o en un barco. A través de satélites se puede detectar si un sello de un camión ha sido violado y dar la alarma del punto exacto donde se encuentra el camión y el aviso de que están robando.
Con el carrito de la compra se ahorraría el coste de cajeras, puesto que se puede pasar con el carrito por un punto de control y, automáticamente, el sistema genera la factura sin necesidad de pasar producto a producto.
En Japón, en el 2008, todas las máquinas expendedoras de tabaco estarán (por ley) adaptadas a este sistema, y sólo podrán adquirir tabaco los poseedores de una tarjeta RFID, que, teóricamente, serán los adultos.
Hace poco IBM ha implantado un sistema RFID para reducir el tráfico en un 25%, facilitando y agilizando el uso de autopistas de peaje, permitiendo al sistema conocer cuándo un vehículo se ha incorporado a la autopista, desde dónde ha entrado y desde dónde ha salido. Automáticamente cargará el importe en la cuenta bancaria del propietario, teniendo en cuenta la hora y el trayecto.
Desde hace un tiempo, nuestras mascotas ya incorporan chips que permiten dar la información del animal, su historial veterinario, así como su vida y los datos de su amo. Incluso este tipo de chips se han implantado en humanos para tener control de los pagos en algunos tipos de negocios (como las discotecas), o para localizar niños en caso de secuestros.
Si recordáis la película Minority Report, a Tom Cruise lo reconocían diversos lectores para mostrarle, de manera personalizada, las noticias que le gustan o la publicidad de productos que le pueden interesar.
A mi se me están ocurriendo nuevas aplicaciones que, seguramente, ya se les habrá ocurrido a otros. Por ejemplo, implantación de RFID en todos los vehículos, y conocer en todo momento los movimientos de los vehículos. Esto podría detectar vehículos robados, o detectar excesos de velocidad, o, si la tecnología avanza, limitar la velocidad del vehículo a la máxima que proceda en ese punto de control.
Aunque parezca ciencia ficción, es una realidad. De momento no hay normativas ni leyes que controlen el uso de esta tecnología. De hecho, el gobierno de los EEUU, a raíz de los atentados del 11S, han estado imponiendo esta tecnología en beneficio de la humanidad.
Pero la realidad puede ser otra, y esta tecnología se convierte en una espada de Damocles. Tiene un doble filo que puede herir o puedes herirte a ti mismo.
Tanto control puede llegar a ser obsesivo y, sin pensar mal, podemos imaginarnos un Gran Hermano que controle todas nuestras vidas. Gracias a esta tecnología podemos estar dando información de qué productos compramos (hábitos alimenticios, marcas preferidas, deportes, perfumes, gustos literarios o de películas...), por dónde vamos, a qué horas, con qué frecuencia... Esto es real, no es una broma.
¿Quién controla a quién controla esta tecnología?. ¿Con qué propósitos se utiliza?. ¿Fines comerciales (saber los gustos y preferencias de productos permiten a los fabricantes obtener estudios de mercado)?. ¿Espionaje?.
Me da mucho miedo imaginar hasta dónde puede llegar el uso de esta tecnología con nuestras vidas. Puedo poner un ejemplo práctico para hacernos una pequeña idea, y, después, que cada uno saque conclusiones o imagine más casos.
Los tags RFID pueden implantarse en lugares de difícil acceso o de acceso imposible en los productos, como, por ejemplo, dentro del plástico de una botella de leche, o dentro del tacón de un zapato o dentro del material de un cinturón. Hoy en día, incluso, está implantado dentro de los billetes de euro y de los dólares.
Los lector RFID no discriminan tags. Pueden leer cualquier tag y procesarlo como venga en gana. En el ejemplo del carrito de la compra, puede haber productos de distintos fabricantes con distintos tags. Pero el punto de control los lee todos sin discriminar ninguno. Coteja los códigos de referencia y desde su base de datos aplica el precio.
Un vehículo normal puede tener un lector de una frecuencia alta, y en el transcurso de su viaje puede escanear y leer todos los tags de un barrio entero. Este rastreo permitirá conocer muchos datos acerca del consumo de los habitantes de ese barrio. Y quien dice productos de consumo puede decir también registro de movimientos, como, por ejemplo, del uso del vehículo o de los viajes que se realicen andando o en transporte público. Imaginemos que los conductores de estos vehículos no son agentes secretos, ni empleados de grandes firmas comerciales, si no ladrones que a través de sus potentes lectores conocen qué hay dentro de nuestras casas y se decantan por robarnos. Esto no es una fantasía, ya que ya hay casos de robo de ordenadores portátiles, PDA's y teléfonos móviles escondidos en maleteros de coches o en oficinas, gracias a la localización de dispositivos con conexiones Bluetooth.
Otro problema de privacidad adicional es que los productos que nos llevemos a casa tendrán el tag incorporado y tendrán asociada ya nuestra información si no se desactivan al salir de la tienda. Imaginaros ir llevando a todas partes esa información sin darnos cuenta.
Las posibilidades son infinitas. Son muchas más de las que podemos llegar a imaginar. Y todo esto no es lo que más miedo me da. Lo que más miedo me da es que esta tecnología es muy vulnerable a ataques de hackers. Ya he visto publicados artículos sobre cómo (paso a paso y con ejemplos reales y prácticos) entrar en un sistema y obtener contraseñas y pins, o como arrancar un coche que lleva implantado el sistema RFID en la llave del vehículo. También he leído artículos sobre cuán fácil es sobreescribir tags de productos en un almacén o en un supermercado, o introducir virus en un sistema RFID.
Enlaces de interés:
- RFID en Wikipedia
- La Flecha: RFID, el código de barras del futuro (I)
- La Flecha: RFID, el código de barras del futuro (II)
- Barrapunto: RFID: El lado oscuro.
- Hispaec: Virus en RFID
- Cite-Sciences: RFID ¿Inicio de una revolución tecnológica?
- Spychips. Una web que investiga y denuncia el espionaje a través de estas tecnologías. En esta batalla están inmersas Katherine Albretch y Liz McIntyre.
- Kriptopolis: Craqueado el sistema de llaves electónica para coches
- Kriptopolis: Logran clonar el chip subcutáneo
- Kriptopolis: Spychips el libro
- Kriptopolis: El pasaporte biométrico holandés fue craqueado hace meses
- Kriptopolis: Smart Dust, espiados por una mota de polvo