Quiero agradeceros a todos las muestras de apoyo y solidaridad ante esta amarga movida. He recibido multitud de correos de desconocidos apoyándome. Incluso he recibido el ofrecimiento de un abogado experto en estos asuntos.
Pero para todos los que parece gustarles la sangre y la casquería, debo deciros que no voy a emprender ninguna aventura legal. Como mucho me defenderé, pero no atacaré primero. No quiero que esto trascienda más de lo que en realidad es, y que la manera de cómo se ha tratado esto me ha parecido infantil e inmadura por parte de todos. Se ha intentando matar moscas a cañonazos, y de esta manera lo único que se consigue es no matar a la mosca y sí destruir y matar inocentes. Lo que en un principio era una noticia fuera de lugar que ni siquiera nadie se había dado cuenta (y aunque alguien la hubiera leído seguramente le importaría un carajo), ha trascendido a unos niveles apocalípticos de manera innecesaria.
La comunidad de Internet es una gran fraternidad, y los cibernautas se vuelcan a la velocidad de la luz. Se convierte en una cadena fuerte, rápida y eficaz. Mi blog ha sido el escaparate de un espectáculo nefasto y absurdo, y lo que era un medio de difusión de noticias tecnológicas para cuatro amigos, al final se ha convertido en un reality show. Me gusta haber alcanzado una audiencia tan amplia en tan sólo 24 horas, pero no de esta manera.
He tenido que censurar todos los comentarios, pero no porque sean fuertes (la mayoría no lo eran), si no para que la cosa no se ponga más calentita de lo que está.
Quisiera deciros que no soy cobarde ni me dejo influir por elementos de presión. Considero que es mejor que la cosa se quede así que ir a más. Tal y como están las cosas, no sólo nos hacemos daño todos de manera innecesaria, si no que además pagarían inocentes. Si así fuere (que paguen inocentes), no me importaría morir matando. Pero para que no llegue la sangre al río, lo mejor es pasar un tupido velo y olvidar este mal trago, y, el que sea sabio, reflexione aséptica e imparcialmente sobre ello, con el fin de no cometer los mis errores. Por mi parte, ya lo he hecho.
Debo añadir, a pesar de todo este tipo de acciones, que en esta empresa he encontrado a los mejores profesionales con los que he trabajado nunca, a todos los niveles. Todos me han apoyado desde el principio y he podido desenvolver mi trabajo de la mejor manera posible, con libertad en mis decisiones y en el modo de hacer mi trabajo. Hasta ayer era un paraíso del cual me iba a despedir con gran afán y orgullo, por un trabajo del que no sólo yo, si no todos en general, me puedo enorgullecer. Pero no va a poder ser así. Me gustaría estar con estos compañeros a los que aprecio tanto, y fundirme con ellos en un abrazo grande y emocionado como despedida. Pero las circunstancias de lo que ha ocurrido van a impedir que sea así. No obstante, aprovecho para daros ese abrazo desde este blog, y deciros que me acordaré mucho de vosotros en Inglaterra. Os quiero.
Quiero dar las gracias a todos mis compañeros, y a todos los que leeis mi blog y me habéis apoyado con vuestros comentarios y correos electrónicos.